lunes, 12 de abril de 2010

Shaolin Dragon. Northside (official videoclip)



northside, video oficial de SHAOLIN DRAGON, filmado en la ciudad de Escobar junto a la triple s crew, filmacion y edicion: David Espinoza
Disco: Bs As Northside
Sello: Laazotea Record

www.myspce.com/shaolin_dragon

domingo, 11 de abril de 2010

Cárcel Rap - Maqueta...


Cárcel Rap es un grupo oriundo de Paraná, Entre Ríos. Para ser más precisos del barrio Rocamora. Está formado por Rodrigo Gómez (Román) y Pablo Maza (Cueyo).Hace muy poco tiempo lanzaron su primer demo.

El demo cuenta con 6 temas, entre ellos dos feat uno con los gangsters del fuerte apache y otro con NG de Demencia Records. Nuestros temas se basan en cosas que hemos pasado, problemas que hemos tenido y demás. Hacemos un rap que en general gusta mucho y bueno este demo va para hacernos conocer un poquito más…y esperamos algo bueno de todo esto…las grabaciones son bien under pero hechas con muchas ganas de arrancar…. ¡Muchísimas gracias a todos!, esto nos comentaban respecto al demo.

Descarga:http://www.hhdirecto.net/maquetas/ver/carcel-rap/carcel-rap-cd-demo-2010/21661

Temas:
#menos charla y mas accion - 2:40
#te va a caber - 2:25
#juego del rap - 3:01
#la calle nos inspira - 2:48
#mi rap violento - 2:52
#SI QUIEREN - 3:28

http://www.myspace.com/loscarceleros

sábado, 10 de abril de 2010

BOOMFEST EN PALERMOSABADO 10 Y DOMINGO 11, BOOMFEST EN PALERMO Este sábado 10 y domingo 11 se estará realizando el “Boom Fest” un evento dedicado a l


SABADO 10 Y DOMINGO 11, BOOMFEST EN PALERMO

Este sábado 10 y domingo 11 se estará realizando el “Boom Fest” un evento dedicado a las tendencias urbanas.

En los 2 dias habra, Fotografia, Stencils y tatto en vivo como algunas expresiones artisticas graficas, tambien estara el show en vivo de “Lord Encih” y “Es El Dog” y dj set de BR1, venta de ropa Punto Cero, Sisla y Del Barrio entre otros.

La dirección Honduras 5309 a partir de las 20hs.

Entrvista A :Juan Data


Entrevistamos a Juan Data, el primer periodista dedicado plenamente al Hip Hop Argentino, creador de la primera y única revista dedicada al Hip Hop Nacional, hoy un documento histórico, llamada “Moshpit Posse” y primordial impulsor del primer documental sobre la escena “El Juego”.

Si disfrutaste de aquellos tiempos de cambio (hoy tenés más de treinta años) seguramente ya sabes quien es y que significó para nuestra cultura, de lo contrario aprovechá para conocerlo y también para saber mas de la “Vieja Escuela” en esta interesantísima, imperdible y profunda entrevista que decidimos dividirla en dos partes.

Aquí va la primera.

-Primero que nada presentate vos mismo para los que no conocieron a Juan Data o Mangaka

- Nacido en Caballito en 1976, me crié en un típico hogar de clase media porteña en el barrio de Caballito, muy alejado del entorno sociológico típico del hip-hop. Mis padres eran más bien filistinos, no había mucha música ni arte en general en mi casa, así que para mí, desde muy chico la música fue una manera de rebelarme desde temprano. A los diez años ya empecé a comprarme cassettes con la plata que mi abuela me regalaba, empecé con el pop y el rock yankee de la época.

-¿En que año te empezaste a involucrar o a escuchar algo de Hip Hop?


1989 fue un año revolucionario. No sólo porque fue el año de la transición al menemismo y mi paso de la primaria a la secundaria, sino porque también por mi descubrimiento del hip-hop durante la época del furor de Jazzy Mel y la radio Z-95. Desde entonces, durante mi adolescencia formé parte de varios grupos de rap con amigos y escuchaba principalmente esa música, pero nunca formé parte de la escena hip-hop local, ni sabía de su existencia hasta que empezó a emerger en 1996. Desde entonces me involucré en la escena principalmente como periodista pero también como artista bajo el pseudónimo de Mangaka.

-¿Qué fue lo que te inspiró a escribir y a desarrollarte como periodista?


- Desde chico siempre me gustó la literatura. A los 12 años ya escribía mis primeros intentos de novelas. Era (soy) un nerd. El periodismo en sí nunca me llamó mucho la atención en realidad porque siempre me disgustaron los medios masivos de comunicación, en especial la televisión. Fue una carrera en la que caí medio por conveniencia y casualidad. Soy muy vago y escribir me cuesta poquísimo esfuerzo, en comparación con el común de la gente, es algo que siempre me salió con mucha facilidad. Mi sueño era dedicarme a la música, el cine, el arte o los comics. Lo de escribir periodismo salió entonces más bien porque era algo que me resultaba fácil de hacer. En 1996 yo publicaba una revista de cómics y estudiaba comunicación en la univesidad con la idea de enfocarme en la publicidad. Descubrí el periodismo a través de la Moshpit que fue la primera revista de hip-hop publicada en Argentina y a partir de ahí decidí pegar un giro de timón brusco en mi carrera y enfocarme en eso.

-¿Cómo empezaste a relacionarte mas directamente con el Hip Hop?


- Yo publicaba una revista de cómics llamada Mosh, que en su momento tuvo bastante éxito en el under de Buenos Aires. La revista se vendía casi exclusivamente en recitales de rock alternativo y hardcore y en esa época empezaron a organizarse los primeros festivales de hip-hop local a los que llegué primero con cierta curiosidad e incredulidad. Estaba en la cola del primer festival de lo que después pasaría a llamarse Nación Hip Hop en Dr Jeckyll, en septiembre del '96 intentando vender copias de mi revista de cómics y ahí conocí en la cola a los miembros de 9Milímetros, una banda de rap que andaba dando vueltas por esa época. Fue uno de ellos quién me sugirió incluir una entrevista en mi revista y la idea me pareció copada. Empecé a hacer entrevistas a casi todos los grupos de rap que había en ese entonces y junté tantas que decidí que en vez de publicarlas dentro de la revista Mosh, debería sacarlas en una publicación independiente, como un suplemento de la Mosh. Así fue que nació Moshpit, con ese nombre tan tonto, que después le quedó. De ahí en más estuve involucrado en la escena hip-hop de Buenos Aires hasta mi partida en el año 2001.

LA TURMA

-¿Cómo se forma la Turma Producciones?

- La Turma ya existía de antes. Se fundó en 1994 como una sociedad creativa entre Gabriel Di Matteo (A.K.A. Mr Sur) y Juan Data (A.K.A. Mangaka). Con Gabriel nos habíamos conocido a fines del '93 e instantáneamente descubrimos que teníamos muchos intereses en común: el hip-hop, los cómics y dibujos animados, el cine bizarro y de culto, el porno, la cultura underground en general. Nuestro primer proyecto juntos fue filmar cortos cinematográficos que nunca se editaron ni terminaron. Después formamos un par de bandas de rap que nunca salieron de la sala de ensayo (¡afortunadamente!) y para 1995 decidimos juntos empezar a publicar fanzines.

-¿Cuál era tu objetivo con esa publicación?

- El objetivo inicial, cuando sacamos el primer número, era hacer algo de plata para mantener a mi otra publicación, el cómic Mosh. Yo tenía la teoría de que una revista de periodismo era mucho más fácil de hacer y de vender, mientras que el cómic me llevaba meses de elaboración y se vendía muy lento. Cómo escribir no me costaba mucho trabajo, pensé que podía hacer una revista de periodismo en mis ratos libres y con esa plata mantener a la otra revista que salía sólo tres veces al año. Lo que sucedió fue que para cuando sacamos el número uno de la Moshpit (que en realidad fue la segunda, porque la primera salió como número cero) ya me había enganchado a full con el periodismo y al poco tiempo perdí el interés en la revista de cómics y la abandoné.

-¿Qué diferencia percibías entre hacer un comics y hacer periodismo Hip Hop?

El periodismo proporcionaba una suerte de gratificación casi instantánea que me gustó porque soy vago e impaciente, mientras que el comic demandaba meses y meses de trabajo para terminar siendo solo una historia de doce páginas que la gente leía en 20 minutos y descartaba. El periodismo no solo llevaba mucho menos trabajo de elaboración, sino que también tenía un impacto mucho más notorio en los lectores.
Sin embargo, el objetivo inicial de hacer dinero, nunca se llegó a materializar porque la revista nunca fue redituable y en seguida fue reemplazado por un nuevo objetivo que era comunicar y educar a esta naciente escena de hip-hop de la que formaba parte.

-¿Porqué te propusiste ese nuevo objetivo?

Me di cuenta que había mucha ignorancia y falta de información en general, sobre todo desinformación, mucha confusión sobre lo que era hip-hop, la mayoría de la gente estaba metida en esta cultura sin saber mucho de que se trataba realmente, no sabían de su historia, como no sabían inglés la mayoría no entendía las letras de los raps que escuchaban así que se las imaginaban, alucinaban con la imagen y las poses de los pocos videos que llegaban y las películas de gángsters, pero sobre el contenido del hip-hop sabían poquísimo.

- Y tus conocimientos, ¿cómo eran en ese momento?

Yo también sabía muy poco en ese momento, pero tenía la ventaja de que entendía inglés así que me puse a comprar y coleccionar todas las revistas y libros sobre hip-hop que conseguía de Estados Unidos y a leer mucho y aprender y descifrar las letras de las canciones y eso. Y en poco tiempo me fui convirtiendo en algo así como un experto en la materia y mi misión se convirtió en tratar de educar al público.

-¿Cómo veías al público en cuanto a conocimientos?

El público de hip-hop en esas épocas era aún menos educado que los artistas, no tenían ni las herramientas mínimas para entender y apreciar la música que escuchaban entonces se basaban en criterios muy primitivos y arbitrarios para decidir qué les gustaba y qué no.

Lamentablemente era un público que le exigía muy poco a los artistas, porque en realidad no sabían qué exigirles. Se conformaban con propuestas muy mediocres. Iban a los recitales a saltar y hacer mosh, pero nunca prestaban atención a las letras, no sabían lo que era el freestyle, no sabían distinguir entre alguien que rimaba con métricas complejas de alguien que rimaba con métricas cuadradas, no sabían distinguir buen scratch del malo, etc.
Entonces en la medida que yo fui educándome y aprendiendo sobre el tema, quería compartir ese conocimiento y educar a los demás también, para que mejorase el nivel general de la escena. Porque la otra cosa que noté desde un comienzo y que me daba mucha bronca, es que los pocos que sabían algo y la tenían más o menos clara porque tenían acceso a algún material, no lo compartían con los demás, se lo quedaban y encanutaban en vez de pasárselo al resto. Eso era muy común en la vieja escuela. El que pegaba algo, un libro, una revista, un video documental, se lo guardaba muy celosamente y ni en pedo compartían ese conocimiento con los pibes nuevos que estaban recién empezando. Eso era muy común y eso me parece que fue uno de los factores fundamentales en el retraso de la evolución de la escena porteña que tardó tanto en salir adelante.

Porque esto era mucho antes de la popularización de internet y la información que llegaba, llegaba con cuentagotas y en inglés así que el que no tenía guita ni sabía inglés estaba cagado porque los pocos que tenían acceso a eso, no se lo pasaban, ni explicaban.

Así que un poco mi cruzada con la revista fue terminar con esa mentalidad retrógrada, inspirado en gran medida por la filosofía de DJ Hollywood que fue un poco mi maestro también y era uno de los únicos que de vieja escuela de los 80's que realmente se tomaba el trabajo de pasar el conocimiento a las nuevas generaciones en vez de guardárselo como hacían la mayoría de su época.

-Mediante esta publicación, ¿también pudiste llegar a la gente del interior del país?

La otra gran motivación que me llevó a seguir adelante con la revista fue el hacer llegar toda esta información a la gente del interior del país. Imaginate que si a Buenos Aires llegaba poco y nada, al interior llegaba muchísimo menos y lamentablemente había muy poco interés de los artistas de Buenos Aires por hacer llegar el movimiento al interior.

Pero yo sabía que en el interior tenía que haber fans del hip hop y como no sabía cómo llegar a ellos, lo que hice fue ponerme en contacto con fanzines de punk y hardcore de las provincias e intercambiar revistas. Entonces a esos pibes yo les mandaba una pila de ponele 5 o 10 revistas y ellos las ponían a la venta en las ferias de fanzines de sus pueblos y así de a poco empezó a llegar a lectores del interior y en cuestión de meses me empezaron a llegar cartas de lectores de todo el país, desde Misiones hasta Río Gallegos y cada uno de esos lectores a su vez se encargaba de buscar más fans del hip-hop en sus localidades y distribuir las revistas por ahí.

Eso a mi me hacía sentir super orgulloso, me llenaba de alegría cada vez que llegaban cartas escritas a mano de pibes de las provincias agradeciéndome por la revista que era lo único que les llegaba y ellos dependían mucho de esa poca información y la valoraban mucho más que los de Buenos Aires.

De hecho, cuando dejé de publicar la revista me dio mucha pena especialmente por esos lectores del interior a los que sentí que estaba dejando huérfanos y de muchos de ellos me había vuelto casi amigo por correspondencia, porque me escribían todos los meses, me hacían preguntas, me pedían que les grabase cassettes con la música que allá no llegaba, etc. Tenía una carpeta donde guardaba todas esas cartas, más de cien, muchas muy emotivas, para mí eran todo un trofeo, una muestra del triunfo de la revista, mas allá de que no diese ganancias.

-¿Cómo armaste el equipo de trabajo y como hiciste contacto con CopyRap el lugar donde se imprimía la revista?

- No había un equipo de trabajo. Desde un comienzo era yo escribiendo casi todo y Mr Sur sacando las fotos y escribiendo alguna que otra cosita también. La revista estaba abierta a que colaborasen todos los que quisiesen pero la mayoría eran más vagos todavía que yo, te decían que iban a escribir una nota y después nunca lo hacían, los tenías que andar persiguiendo para que te entreguen el material, era un bardo. Los primeros que se coparon en colaborar fueron Manuel Cullen como periodista invitado y Tortuga de Tumbas (ahora Koxmoz) que me ayudaba con el diseño gráfico de muchas de las tapas, hubo unos cuantos otros que fueron y vinieron, pero el 90% del trabajo, desde la redacción, hasta la diagramación, diseño gráfico, impresión, venta de anuncios, distribución, etc., todo corría por mi cuenta. ¡Era muchísimo trabajo!
CopyRap era la imprenta de Diego, el bajista de Los Adolfos, la primera banda de rap argentina. Ahí también trabajaba Ñoqui D que fue el tercer MC de Los Adolfos después de que Tortuga se fue. Yo los conocí por intermedio de otro amigo diseñador gráfico que me ayudaba en los comienzos de la revista con los scanneos, porque yo no tenía scanner todavía. El flaco este, que no tenía nada que ver con el hip-hop me dijo que conocía a uno de Los Adolfos y que tenía una imprenta a donde él mandaba a imprimir muchos trabajos y me recomendó que fuese a hablar con él para imprimir ahí la revista.

Creo que desde el número 2 o 3 empecé a laburar con CopyRap y ahí me quedé. Me dejaban usar sus computadoras y scanner cuando ellos no las necesitaban, así que ahí armaba la revista y después trabajaba durante todo el proceso de impresión, armado, abrochado, guillotinado, lo hacía todo yo, así me salía muchísimo más barato de lo que me cobrarían en otra imprenta. Además tenía la ventaja de que me daban crédito, no tenía que pagar toda la impresión de una: imprimía la revista y después a medida que iba cobrando la guita de los anuncios publicitarios le iba pagando a CopyRap de a poco. Usualmente para cuando llegaba a cubrir todo lo que le debía, ya estaba empezando a imprimir el número siguiente, y así sucesivamente.

-Teniendo en cuenta aquellos años 96-97. La escena nacional era escasa, ¿no tenías la duda de poder conseguir el material para la revista o por eso salía bimestral? ¿O lo de bimestral era un tema económico?


- Nunca tuvo ninguna clase de periodicidad estricta la revista. Salía cuando salía, dependiendo principalmente de lo que tardase en venderse la anterior. Tené en cuenta que hasta que no terminaba de pagar un número, no podía ponerme a imprimir el siguiente, así que a veces el proceso se retrasaba más dependiendo de lo que costase cobrar los anuncios y las recaudaciones por ventas en los negocios donde se distribuía. Esa era la peor parte del negocio, ir a cobrar a los anunciantes y revendedores, la mayoría se hacían los boludos a la hora de pagar, había que estar persiguiéndolos, hinchándoles las pelotas, te decían que vuelvas otro día porque no tenían guita o te querían pagar con mercadería en vez de efectivo. Una vez estuve cuatro horas en la puerta del local 1037 esperando al dueño para que me pagase la mísera suma de $50, ¡imaginate! Perdía más tiempo intentando recaudar esa guita que el tiempo que me llevaba escribir y diseñar la revista. Si eso me dejase algo de guita en el bolsillo, se justificaría, pero la mayoría de las veces a penas llegaba a cubrir los costos y nada más, algo muy frustrante. Era como un trabajo de tiempo completo que yo hacía y no me dejaba nada, aunque tampoco perdía plata y por eso la seguía haciendo.

-¿Cuántas hacías y cuántas vendías?


- Empezamos imprimiendo 200 copias y llegamos hasta 2000. Nunca se agotó ninguno de los números, siempre sobraban unos cuantos y nunca llevé una cuenta rigurosa de cuántos se vendían, pero me imagino que el promedio sería alrededor de 500. El número 4 fue el que menos se vendió y el 10 fue el que más. También regalaba muchas a la gente del interior, o se las vendía al costo, o simplemente les pedía que cubriesen los gastos del correo nada más. A los pibes de las provincias que distribuían la revista les pedía que me mandasen estampillas en un sobre porque muchas veces no tenían ni un mango, entonces dependiendo de cuantas estampillas me mandaban yo les armaba un paquete y les metía todas las revistas que entrasen, por el peso y ellos después las vendían o regalaban, no sé.

-¿Cómo se comportaban los artistas en relación a la revista?

- Para la gran mayoría de los artistas de hip-hop argentino fue el primer contacto con la prensa que tuvieron. Nunca los habían entrevistado hasta que los entrevisté yo. Pensá que no había ningún otro medio de comunicación que se ocupase de la escena en esa época, ni radio, ni televisión, ni diarios, ni revistas. Así que la mayoría no estaban acostumbrados a contestar entrevistas. Así que en general la relación con la prensa que tenían era bastante amateur y yo también era un periodista amateur, nada muy profesionalizado.
La mayoría tenían buena onda conmigo y al comienzo como yo estaba empezando también, me daban una mano muchos de ellos, como los del Sindicato o DJ Black de Encontra Del Hombre y DJ Bart de 9 Milímetros. En seguida me di cuenta de los peligros del periodismo también, porque a veces escribías cosas así nomás sin pensarlas mucho, mandaba fruta y después siempre salía alguno que se ofendía y se enojaba por lo que había publicado. O gente que me contaba cosas semi-confidencialmente y yo inocentemente las publicaba y después venían re-calientes y me decían "¡pero yo no te lo conté para que lo publiques!" y se calentaban conmigo.

Así tuve muchos encontronazos con varias figuras de la escena que se enojaron por cosas que escribí. Las de Actitud María Marta, Super A, Bola 8, Tiro De Gracia, Derek del Sindicato todos en algún momento me tuvieron bronca por algo que dije o dejé de decir y en la mayoría de los casos fueron metidas de pata mías, de periodista principiante y boca floja.

-¿Cómo se produjo el inconveniente con Almada, un problema que se hizo conocido por todos los lectores?


La rivalidad principal no fue con ningún artista, sino con Alejandro Almada que era el único manager que había en esa época en la escena. Yo no tenía nada contra él personalmente, pero no me gustaba la idea de un monopolio y que todo pasase por una sola persona y que las bandas y artistas no se pusiesen las pilas para hacer movidas fuera del monopolio de Almada. Así que desde la revista empecé a incentivar a los artistas a que se animasen a la independencia, a organizar sus propios recitales, grabar sus propias maquetas, etc. Y eso a Almada no le gustó nada y se lo tomó como un ataque personal hacia él. Yo en realidad lo que quería era que la escena creciese en variedad de propuestas, desde la independencia. La mayoría de los artistas no tenían ni idea de como moverse solos, como organizar fechas, como distribuir material, entonces estaban muy cómodos con la idea de que este tipo se encargase de todo (y se quedase con la guita).

Fue por eso que cuando en 1999 aparecieron los de MFA (La Organización) y empezaron a armar movidas, las primeras jams, las fiestas de 101% hip-hop en el Pueyrredon, fuera del monopolio de Almada, para mi fue como una esperanza de renovación, un respiro de aire fresco, y me incliné instantáneamente a apoyarlos a ellos en vez de apoyar a Almada y sus artistas.

-¿Cómo te manejabas con los auspiciantes? Cover, Doctor Records y algún otro.

- Como dije antes, los anunciantes eran un dolor de huevos, un mal necesario. Ojalá se pudiese publicar una revista sin ellos y poder mantenerse exclusivamente de las ventas. Lamentablemente eso es imposible y necesitás de los anunciantes para poder mantener bajos los precios de la revista porque nadie te iba a pagar más de $2 por un fanzine. Conseguir anunciantes era muy difícil y cobrarles mucho más. Ojalá hubiese tenido una persona encargada de eso, porque yo odiaba tener que encargarme de esa parte desagradable del negocio. Especialmente por tener que lidiar con chantas, tránfugas, estafadores, avivados, ventajeros y oportunistas. No digo que todos lo fuesen, pero esa era la sensación general que me daban y yo soy una persona esencialmente bohemia, yo tenía una visión más altruista del tema, de hacer las cosas por amor al arte, y nunca tuve una mentalidad de negociante, no sé vender, no sé cobrar, era muy blando y muchos se aprovechaban de eso para no pagarme, o no hacerlo a tiempo o intentar pagarme con mercadería.

- ¿Te solventaste todos los gastos vos solo? Viáticos, entradas a recitales, etc.

- Sí, todo eso salía de mi bolsillo o de las ventas de la revista. Cuando empecé con la revista todavía estaba en la universidad y tuve varios laburos de medio tiempo en esa época, laburos que pagaba muy poco, pasantías explotadoras para estudiantes y esas mierdas, así que no era fácil. Pero más o menos siempre me las arreglaba para zafar y salir empatado, sin peder guita.

La Turma sólo dio rédito económico hacia el final, allá por 2000/2001, después de la edición de El Juego y el cierre de la revista, cuando empecé con La Turma Distro, una distribuidora por correo de material independiente. Además de distribuir los productos de La Turma (las revistas, el video, los mixtapes que sacamos, mi CD como Mangaka) también distribuía la revista de graffiti Fiz de Os Gemeos, y la revista SB B-Boy Zine de Brasil, más la Trapos Sucios de España y varios de los lanzamientos de Es Tao Chugo, el sello de rap Español. Ahí, vendiendo y distribuyendo esos productos fue que finalmente pude ver algo de guita. Tarde pero...

-Esta más que claro que este proyecto fue por “Amor a la cultura”. ¿Qué fue lo que pudiste descubrir del Hip Hop Nacional que antes no sabías?

- Todo, porque como dije más arriba, cuando empecé con la revista no sabía NADA de hip-hop nacional. Sólo escuchaba rap, pero no sabía nada, no había estado involucrado en la escena antes de eso, así que empecé de cero, al mismo tiempo que empecé publicando el número cero de la revista.

-¿Cómo describirías el periodo del Hip Hop Nacional que va desde que empezó a salir la primera Moshpit Posse, pasando por Nación Hip Hop, el Juego, Almada, hasta la segunda Nación que fue como el final de ese periodo y de la revista?¿Cuando publicaste el Outro “Nos tapo el agua”?

- Fue una etapa muy bizarra en muchos sentidos, plagada de ignorancia, una cosa muy naif, muy inocente, ¡éramos tan toys! jajajaja. Pero una etapa por la que siento mucho cariño y nostalgia, porque fue de mucho crecimiento personal y profesional para mí. Además que me brindó grandes amistades, muchas de las cuales mantengo hasta el día de hoy. Muchas aventuras memorables, aquellos viajes a Rosario, La Plata, Mar Del Plata, Córdoba, Chile, Brasil, Uruguay, parando en casas de b-boys... tantas anécdotas inolvidables...
Me gustaba mucho la idea esa de que éramos como una suerte de elite, como un culto secreto, un círculo cerrado dentro del que nos conocíamos prácticamente todos con todos, teníamos nuestros propios códigos y la gente de afuera nos miraba con incredulidad, como bichos raros.

Para finales de esa época y no sentía más eso, la cosa se había abierto y diversificado, ya había más medios de comunicación, la información llegaba con más fluidez del extranjero, internet se había popularizado y empezaban a aparecer los primeros portales de hip-hop nacional y el intercambio con gente de otros países se hizo mucho más común. La escena estaba madurando, aprendiendo a caminar sola y yo sentí que ya no necesitaban tanto de mí revista y bueno, yo también había madurado y me había profesionalizado como periodista y había empezado a escribir en la Hip Hop Nation de España que recién empezaba a publicarse... así que fue una transición natural creo yo.

-¿Qué pasó en esa descarga que fue en la edición final de la revista?

-Un poco fue culpa de una desilusión general que yo sentía en el momento. Sentí que la escena, en general, había sido muy malagradecida por mi trabajo. Yo llevaba ya tres años rompiéndome para sacar la escena adelante y me sentía un poco como un Don Quijote luchando contra los molinos gigantes. Un iluso y un idealista yendo siempre contra la marea. Sacrificándome por una escena que no lo valoraba, no lo agradecía, no les importaba y me tiraba mucha mala onda. Una reseña de mi revista que hicieron una vez en un fanzine hardcore/punk decía que yo estaba "tirándole flores a los chanchos" porque estaba intentando intelectualizar, cultura lizar un movimiento que no tenía interés en eso, estaban más preocupados por tener la última camperita F.U.B.U. o zapatillas Fila. En parte eso era cierto, creo yo.
También me hinchaba mucho las pelotas el conventilleo que había entorno a mi persona. Mucha mierda, mucho hablar por la espalda, mucha hipocresía. Todavía no había foros de internet donde la gente se bardean unos a otros escondidos en el anonimato, entonces lo que se usaba era venir a hablarme a mí mierda sobre los otros. Yo era el foro. Venían todos los artistas contarme rumores sobre otros y yo era un poco como el receptor y filtro de toda esa mala onda. Y después entre ellos, de frente, nadie se decía nada. Eso me molestaba muchísimo. Toda esa energía negativa te desgasta, mal.

-¿Cuál fue la gota que colmó el vaso?

La pelea con Almada y Bola 8 hacia el final de la revista fue un poco la gota que rebalsó el vaso. Después de la salida de El Juego se pudrió todo porque Bola 8 no entró en el documental y se ofendió, se lo tomó como un ataque personal (que no lo fue, fue un descuido no intencional). Entonces Almada que era el manager de Bola 8 intentó boicotear El Juego, fue a hablarle a algunos de mis revendedores como Lee-Chi, para que los sacasen de la venta y hasta amenazó con hacerme juicio! Mike Dee de Bola 8 me amenazó con violencia física más concreta. Yo me harté de tanta mala onda, pensaba, "para que mierda me voy a estar sacrificando así en sacar algo adelante si no lo valoran y sólo me tiran mierda" y por eso abandoné el la revista cuando estaba en su apogeo, cuando mejor le iba.

-Hoy en día la revista es una continua referencia que interesa para rescatar a la “Vieja Escuela”, para vos, ¿cuál crees que fue el aporte que hiciste mediante la Moshpit Posse? Durante y después de su edición.

- Como dije más arriba, para mí, el aporte más valioso fue el hacer llegar la cultura al interior del país. Esa era la gente que realmente y sinceramente valoraban mi esfuerzo y lo agradecían. Para mí fue super importante eso.

Igual no considero que la época de la Moshpit deba considerarse vieja escuela. Para mí, la vieja escuela fueron los de la primera generación, los de los 80's, donde yo no formé parte. Jazzy Mel, Mike Dee, Frost, Hollywood, Black, Los Adolfos y toda esa gente eran la verdadera vieja escuela. Yo soy de la segunda generación, la de los 90's, la que empezó con el rap en 1989 durante la moda de Jazzy Mel y mi revista le hablaba principalmente a la gente de la segunda generación y a los que venían después, los que recién empezaban, muchos de los cuales terminaron siendo los líderes de la tercera generación, la del 2000, la que domina la escena ahora.

Para mí, la nueva escuela empezó con la aparición y ascenso en la escena de La Organización y los grupos que le siguieron. Así que la época de la Moshpit y Nación Hip-Hop fue un periodo de transición entre la vieja escuela de los 80's y esta nueva escuela de la competición y el freestyle.

Continuará…

Por C. D. Carabelli

Fuente:www.hiphopoeste.com.ar